Hay un pensamiento que muchos de nosotros tenemos en algún momento: «Soy demasiado viejo para un nuevo comienzo». Puede que tú mismo lo hayas pensado, aunque todavía estés lleno de energía, ideas y potencial. Pero este pensamiento es un mito que a menudo nos impide realizar nuestros sueños e intentar algo nuevo profesional o personalmente.
«Demasiado viejo», ¿qué significa eso en realidad? ¿Una cierta edad a partir de la cual ya no se pueden hacer cambios? ¿Ha llegado realmente el momento de dejar de aspirar a más? Yo creo que no.
La idea de que es «demasiado tarde» para empezar de nuevo no es más que un mito de autolimitación. Y este mito tiene muchas caras: desde la idea de que ya no se puede aprender a cierta edad, hasta el miedo a dejar un trabajo seguro por algo nuevo e incierto.
¿Cuándo se es «demasiado viejo»?
La idea de que a cierta edad llegamos a un punto en el que el cambio ya no es posible o incluso está prohibido está muy arraigada en muchos de nosotros. Puede que lo hayas oído en alguna discusión o incluso lo hayas dicho tú mismo: «Oh, ya soy demasiado viejo para eso».
Pero en realidad, el término «demasiado mayor» es muy relativo. ¿Qué significa «demasiado viejo» para ti? ¿Los 40, 50 o 60 son realmente el final del camino para la reorientación profesional, los proyectos creativos o el cambio de estilo de vida? ¿O tal vez se trate más bien del miedo a la incertidumbre asociada a un nuevo comienzo?
La cuestión es que el cambio no conoce edad. En el mundo actual, en el que la gente vive más y con mejor salud, tenemos más tiempo para reinventarnos una y otra vez. En las últimas décadas ha habido cada vez más ejemplos de personas que se han embarcado en una trayectoria profesional completamente nueva a los 50 o 60 años. El éxito de la mayoría de ellos se basa en una cosa: nunca es demasiado tarde para empezar algo nuevo.
El miedo al cambio y a mirar al futuro
¿Por qué tememos tanto el cambio cuanto más mayores nos hacemos? Una de las principales razones es que el camino de la vida parece estar trazado hasta cierto punto. Hay expectativas – tanto externas como propias – que nos dan la sensación de que deberíamos saber «ya» lo que queremos y cómo queremos configurar nuestra vida.
Pero cuanto más tiempo pasa, mayor parece ser la presión. Tendemos a aferrarnos a lo que ya tenemos en lugar de imaginar qué más podría ser posible.
Quizá también nos resulte más difícil salir de nuestra zona de confort a medida que envejecemos. Pero cuanto más mayores somos, más sabemos lo que es realmente importante para nosotros, y más podemos confiar en que somos capaces de abrir nuevos caminos con nuestras habilidades y experiencia.
¿Qué significa realmente «un nuevo comienzo»?
Es importante aclarar qué significa realmente un nuevo comienzo. ¿Es realmente un cambio radical que lo cambia todo de un día para otro? ¿O es más bien la decisión de intentar algo nuevo, aunque este paso pueda parecer menor al principio? Un nuevo comienzo también puede ser simplemente la voluntad de echar un nuevo vistazo a la vida y a tus propias posibilidades, aunque ya hayas recorrido parte del camino.
Tal vez un nuevo comienzo no signifique cambiar toda tu carrera, sino probar algo nuevo que siempre te ha gustado. Tal vez sea tener el valor de iniciar un proyecto creativo o empezar una formación profesional complementaria. Empezar de cero siempre es algo que viene de dentro, y no tiene por qué ir acompañado de un cambio drástico en tu vida exterior.
La clave: tu actitud interior
En cuanto a la cuestión de la «edad», es sobre todo la actitud interior la que determina si es posible o no un nuevo comienzo. Si te ves a ti mismo como «demasiado viejo», limitas tus opciones incluso antes de empezar. Si, por el contrario, te dices a ti mismo: «¡Todavía puedo aprender y descubrir cosas nuevas!», se te abren todas las puertas.
Es importante darse cuenta de que el deseo de cambiar no es una cuestión de edad. El cambio es una cuestión de actitud y de determinación para seguir afrontando nuevos retos.
Pregunta de coaching: ¿Si tu edad no importara, ¿qué te atreverías a hacer?
¿Y si dejaras atrás esta idea limitadora? Si imaginas que no necesitas un «momento adecuado» para empezar de nuevo y que la edad no importa, ¿qué harías entonces? ¿Qué cambio te atreverías a hacer? ¿Qué harías si ya no te impusieras ninguna restricción?
Deja que esta pregunta resuene en tu interior. Ya has conseguido mucho en tu vida y has adquirido mucha experiencia. Tienes la capacidad de aprender cosas nuevas y crecer, tengas la edad que tengas. La pregunta crucial es: ¿estás preparado para dar el primer paso?
Conclusión: nunca es tarde para empezar de cero
La idea de que uno es demasiado mayor para cambiar de rumbo o empezar algo nuevo es un mito que nos frena. El cambio puede producirse a cualquier edad y a menudo es incluso más enriquecedor porque viene acompañado de una gran experiencia y una idea más clara de lo que realmente quieres.
La clave es estar dispuesto a dejarse llevar y abrazar el cambio que hay en lo más profundo de tu ser. Al fin y al cabo, la vida no está llena de oportunidades sólo para los jóvenes: pertenece a todos los que están dispuestos a seguir desarrollándose y a abrir nuevos caminos. Estaré encantada de estudiar contigo los cambios que quieres hacer y cómo puedes conseguirlos. Ponte en contacto conmigo hoy mismo y concierta una consulta inicial gratuita.